La historia de la elaboración del café en México
Hay algo mágico en el rico aroma del café recién hecho, especialmente cuando está impregnado de tradición. En México, el café es más que un simple ritual matutino; es un tesoro cultural transmitido de generación en generación, moldeado por las prácticas indígenas, la historia colonial y el sabor regional. Como cafetería orgullosa de especializarnos en auténtico café con sabor mexicano, nos complace compartir un poco de esa historia con ustedes.
El café llega a México
El café llegó a México a finales del siglo XVIII, traído por los colonos españoles. Se cultivaba en las exuberantes y montañosas regiones del sur del país —lugares como Chiapas, Veracruz y Oaxaca—, donde el suelo volcánico y el clima tropical creaban las condiciones ideales para el cultivo de granos de arábica de alta calidad.
Aunque el café inicialmente se exportó, apoyando la economía durante la época colonial, gradualmente se fue integrando en los hogares mexicanos. Hoy, México se encuentra entre los principales países productores de café del mundo, conocido por sus granos de acidez suave, cuerpo medio y notas de frutos secos, chocolate y frutas.
Más que una bebida: un ritual social
En México, el café no se trata solo de cafeína; se trata de conexión. Ya sea disfrutando de una taza en familia después de comer o conversando con amigos en una cafetería, el café sirve como puente entre personas y culturas. Cada región tiene sus propias costumbres, desde el dulce y fuerte café de Veracruz hasta el aromático café de olla de Oaxaca, que ofrecen un toque de identidad local en cada taza.
En las comunidades indígenas, el café suele cultivarse, cosecharse y tostarse a mano, con profundo respeto por la tierra y sus ritmos. Estas prácticas tradicionales no solo producen granos orgánicos y sabrosos, sino que también reflejan una filosofía más amplia de equilibrio, sostenibilidad y cuidado.
Un sabor que vale la pena celebrar
Hoy, honramos esa historia llevando el auténtico sabor del café mexicano a tu mesa. Ya sea que pruebes nuestra versión original del café de olla o disfrutes de una bebida de origen único de los Altos de Chiapas, cada taza que servimos es un homenaje a la gente, los lugares y las tradiciones que hacen del café mexicano algo tan especial.
Así que la próxima vez que pruebes un sorbo, recuerda: estás saboreando más que solo café. Estás saboreando siglos de cultura, artesanía y comunidad, una taza cálida y reconfortante a la vez.